Para realizar una actividad de mejora de un proceso determinado es necesario disponer previamente de un diagnóstico certero. Para ello, en muchas ocasiones, la simple observación del proceso en funcionamiento es suficiente para captar las sensaciones y cuantificar los resultados obtenidos.
Habitualmente cuando solicitamos información respecto al sistema de trabajo de las empresas o, simplemente, cuando preguntamos sobre el modo en el que organizan sus operaciones, recibimos respuestas ambiguas o vacilantes. Un relato que mezcla a un mismo nivel las herramientas de trabajo, los productos de la empresa y el sistema organizativo.
En los últimos años estamos asistiendo a un crecimiento impresionante del volumen de publicaciones sobre la mejora continua y, más en concreto, sobre la cultura ‘lean’, como se conoce en los países anglosajones, de donde provienen la mayoría de dichas publicaciones. Prueba de ello es que, a día de hoy, si buscamos el término ‘lean’ en Google, el buscador nos devuelve en menos de un segundo 220.000.000 de entradas que responden en mayor o menor medida a nuestra solicitud.